¿Y tú qué vendes? (segunda y ¿última parte?)
Los traficantes de vidas propias suelen caer muchas veces en el gregarismo. Generalmente se juntan en grupúsculos de intereses similares y, los miembros que pertenecen a él, van explicándose su existencia cotidiana basada en la desgracia y que gira, fundamentalmente, sobre un mismo eje. Amores y desamores. Un círculo vicioso que finalmente acaba por el aburrimiento del colectivo que se disgrega a los miembros hacia otros colectivos de igual espíritu desgraciado pero con otros integrantes a los que les acabaremos escribiendo las calamidades de siempre.
Ahora bien si buscamos el éxito comercializando con vidas, dónde se obtiene éxito seguro, es aireando las ajenas. Los dardos lanzados al corazón de las existencias ajenas son alimento codiciado. Y el máximo éxtasis, donde se reclutan legiones de seguidores es cuando los enfrentamientos, las trifulcas se hacen públicas. Nos encanta observar como nos despellejamos. Disfrutamos contemplando la provocación, la reacción y el desenlace. Si ese resultado es desagradable, mejor. Si leemos en las páginas de los y las provocadores y provocadoras, de esos y esas que hacen del desprecio a los demás cosa de comercio, están a rebosar de comentarios y es que, tenemos una tendencia a creer que el pendenciero o pendenciera se rendirá ante nuestras palabras. Craso error. Si le entramos al trapo o sin él, recibiremos el castigo a nuestra osadía. Y así seguirán, renovándose en el improperio, renegando de los programas de televisión como Gran Hermano, La Casa de tu vida o, la madre de todos ellos, Crónicas Marcianas pero mirándolos de reojo, no porque crean que les han copiado el guión, sino para nutrirse de nuevas ideas.
Y ya solo me quedan las excepciones. Los que no venden ni un lápiz o, ya que estamos en el medio, ni un bite. Esas páginas son las que se dedican al puro placer de escribir, al mimo de la palabra, al arte de comunicar. Son verdaderas joyas literarias, anónimas y que lo seguirán siendo por mucho tiempo ya que no nos acercamos a ellas. Al menos, no lo suficiente. Comentamos poco en ellas. No nos interesan esas emociones ¿o tal vez no las entendemos? Da igual. Seguirán existiendo porque, como decía el poeta, podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía.
29 comentarios
miguel -
vreiina -
nataly -
yorman -
maria -
marta -
Para lola, que dicen no está sola -
lola -
historias -
fabiana -
E.L. -
Rosier -
E.L. -
Rosier -
E.L. -
Rosier -
E.L. -
Rosier -
Y... en cuanto te valoras?
:-OOOOOOO
E.L. -
Rosier -
Para gons -
gons -
Me fui a la merd con el comentario.
Lo único que quería decir, es que no entendí el post y de lo poco que entendí no lo comparto.
Igual, no quiero que el comentario lo tomes a mal, es simplemente una opinión.
Desde el sur argentino te envío un abrazo,
gons -
Algo que me llamó la atención, es que calificás de "Buenas personas" a aquellos que nunca han matado a alguien (¿?), es decir, si el término es literal, estamos todos fritos. Si es calificativo es decir, matar a alguien (asesinar), no comparto con vos esa calificación. Es cierto que no andamos por ahí matando gente, pero buenas personas, es un calificativo muy amplio y se puede determinar sobre un montón de actos. Aclaremos la diferencia de idiomas, y quizás en España esa frase tiene otro sentido (además de que no soy muy culto que digamos).
Pero mi comentario final, el que quería decir, es que no comparto con vos el post que colgaste. No considero que estemos acá para vendernos, al menos todos los que estamos acá. Nadie nos paga por tener un blog o por la cantidad de visitas que recibimos (de ser así, yo ya estoy fundido). Y no considero que nos vendemos, sí que nos expresamos para que otras personas nos conozcan y compartan lo que nos pasa, o no.(sigue)
E.L. -
Mariose -
... y cuidadín con la sauna, que más de una vez por semana, no es recomendable. Besos dos.
Para milesima -
Para Mariose -
milesima -
Hay quien no vende sus emociones por pudor..a quién pueden interesarle, si no es para utilizarlas? Y quizá son esas las personas las que para comunicarse, crean algo bello, la belleza habla de ti pero nunca te traiciona. Un beso
Mariose -